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Os três irmãos juntos reunidos em casa
Yuri Lopez- Ex- Juíza da Venezuela -Exilada Política
Una de las expresiones más crueles de opresión del gobierno venezolano sobre la Justicia y su independencia es el caso de la jueza María Lourdes Afiuni, encarcelada en 2009 a pedido del propio presidente Hugo Chávez. Su “pecado” ha sido dictar una sentencia contraria a los deseos del jefe de Estado.
Afiuni –pese al tiempo transcurrido desde su detención preventiva, primero en cárcel común y ahora con arresto domiciliario– no ha conseguido aún que se le realice el juicio oral y público que, se sospecha, podría carecer de mínimas garantías legales.
La acusación que pesa sobre ella es de “corrupción espiritual”, una figura que revela la ausencia de cargos concretos sobre el proceder de la jueza.
El periodista Jorge Lanata presentó anteayer en “Periodismo para Todos” este escandaloso caso, del que se ocupará próximamente la propia Asamblea de la ONU este mes. Lo hizo al describir la Venezuela bajo el mando de Chávez y algunos paralelismos con medidas del gobierno argentino: condicionamientos y hostigamiento a la prensa opositora, cepo a la libertades cambiarias, expropiaciones y actividades militantes en escuelas, entre otras.
La jueza venezolana fue apresada por dictar la libertad condicional del banquero Eligio Cedeño, detenido en 2007 por efectuar operaciones cambiarias sobre una partida de 27 millones de dólares. Adujo no tener motivos para mantener su detención. Se la acusa por el fallo y por “haber favorecido la huida del país del empresario”.
Chávez, en sus tradicionales monólogos por cadena nacional, ha calificado de “bandida” a la jueza y osado incluso pedir para ella 30 años de cárcel, en una demostración de que desprecia la independencia judicial. “Habrá que meterle la pena máxima a esta jueza y a los que hagan lo mismo. ¡30 años de prisión pido yo!”, vociferó Chávez en una oportunidad. Sin embargo, los cargos sobre Afiuni no pudieron probarse.
La jueza tuvo que soportar duras condiciones en la cárcel, al punto de haber sido puesta junto a presas a las que ella misma condenó, tras lo cual fue sometida a operaciones de descrédito por parte de las autoridades venezolanas, encabezadas por el propio Chávez. Ahora, en su arresto domiciliario, es custodiada por una docena de uniformados.
Lanata no pudo dialogar con la jueza, pues se le ha prohibido emitir palabra. Por ella habló su hermano Nelson. La jueza estuvo al lado, absolutamente muda. A lo sumo hacía muecas y algunos gestos con sus manos. Una imagen surrealista y conmocionante que se vio en el programa.
El Parlamento Europeo, legisladores españoles y organizaciones mundiales de derechos humanos han reaccionado enérgicamente por la situación de Afiuni.
Expertos independientes de derechos humanos de las Naciones Unidas, del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, pidieron la liberación inmediata e incondicional de la jueza. Y dijeron: “Las represalias por ejercer funciones constitucionalmente garantizadas y la creación un clima de temor en el poder judicial y en los abogados no sirve a otro propósito que el de socavar el estado de derecho y obstruir la justicia”.
A tradução em Português aqui
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